Austerlitz, Bailén, Wagram, Borodinó, Trafalgar, Leipzig, Waterloo… son algunos de los nombres intrínsecamente asociados a las Guerras Napoleónicas, un conflicto que, a lo largo de más de dos décadas de lucha continuada, sacudió los cimientos de Europa, pero cuya onda expansiva se hizo sentir mucho más allá. La inmensidad de la guerra
	desatada entre Francia e Inglaterra, Prusia, Austria, Rusia y España y las consecuencias del terremoto político provocado tras la Revolución francesa
	han ensombrecido las repercusiones que las Guerras Napoleónicas también
	tuvieron a escala mundial. A partir de una prodigiosa labor de documentación,
	Alexander Mikaberidze sostiene que este vasto conflicto solo puede entenderse por
	completo tomando en consideración todo el contexto internacional: las potencias
	europeas se disputaron la hegemonía en los campos de batalla del Viejo
	Continente, pero también en América, en África, en Oriente Medio, en Asia, en
	el Mediterráneo, en el Atlántico, en el Índico… Al recorrer cada una de estas
	regiones, la bella prosa de Mikaberidze desgrana los principales acontecimientos
	políticos y militares que jalonaron esta convulsa y transformadora época tanto
	en Europa como alrededor del mundo para construir con ello la primera historia
	global del periodo, que amplifica la visión tradicional que tenemos de las Guerras Napoleónicas y su papel determinante en la configuración del mundo moderno.