En Malaia Starogradovka, un pueblo de apenas tres calles en la zona gris  de Ucrania, la tierra de nadie disputada en 2014 entre las  fuerzas  ucranianas y los separatistas prorrusos, solo quedan dos residentes:  Serguéi Sergueich, inspector de seguridad retirado convertido en  apicultor, y Pashka Jmelenko, amigo y rival suyo desde sus días de  escuela. Sin electricidad, con poca comida y con la constante amenaza de  los bombardeos, el único placer que le queda a Sergueich son sus abejas,  adormiladas por el invierno. Con la llegada de la primavera, tendrá que  alejarlas de la zona gris para que puedan recolectar su polen en paz,  una misión que lo llevará a conocer a combatientes y civiles de ambos  lados de la línea de batalla. Su bondad y su impecable brújula moral  irán desarmando a todos los que se crucen en su camino, convirtiendo la  salvación de sus abejas en una metáfora sobre la vida en tiempos de guerra.