El cerebro permanece activo unos diez minutos después de que el corazón  deje de latir. Durante ese lapso, mientras el cuerpo de Leila yace en un  contenedor de basura a las fueras de Estambul, el tiempo fluye y, minuto  a minuto, le trae un nuevo recuerdo: la infancia con su padre y sus dos  madres en una casa grande y antigua de una apacible ciudad de Turquía;  los chismorreos de las mujeres cuando los hombres están en la mezquita;  la huida a Estambul para escapar de los abusos y las mentiras familiares  y de un matrimonio concertado; el amor hallado de manera inesperada en  el burdel de Mamá Amarga... Y los cinco amigos que hace en el camino «su  verdadera familia» y que, mientras agoniza, tratan desesperadamente de encontrarla.